¿Qué es?

La cirugía oral y maxilofacial es la especialidad médico-quirúrgica que se ocupa de la prevención, estudio, diagnóstico, tratamiento y rehabilitación de las patologías congénitas o adquiridas de la boca, cara y territorio cráneo-facial, así como los órganos y estructuras cervicales relacionadas con las mismas.

¿Cómo nos formamos?

El acceso a la especialidad se hace con la Licenciatura en Medicina y Cirugía (una duración de 6 años), superar el examen MIR y tras completar un periodo de residencia hospitalaria de 5 años. La formación incluye la rotación del residente por servicios de Urgencias, Cirugía General, Cuidados Intensivos, Cirugía Plástica y Otorrinolaringología.

¿Qué tratamos?

Los especialistas en cirugía maxilofacial tratan todas las tipologías de enfermedades posibles, desde la falta de hueso del maxilar o la mandíbula, hasta los problemas en las glándulas salivares o en la mucosa oral, patologías de la articulación temporomandibular, traumatismos faciales o tumores de cabeza y cuello.

Implante de carga inmediata glándulas salivares

glandulas salivares

La Cirugía de las glándulas salivares va dirigida a tratar tumores benignos y malignos, litiasis de las glándulas, procesos infecciosos o traumatismos de las mismas. Las glándulas salivares se dividen en Mayores (parótida, submaxilar y sublingual) y Menores distribuidas en toda la cavidad oral.

La Cirugía de la Glándula Parótida, está íntimamente condicionada por la complejidad anatómica de esta región de la cara y muy específicamente por su relación con el nervio facial. La glándula submaxilar, se encuentra en el compartimiento cervical submandibular y está relacionada entre otras estructuras con la rama marginal del nervio facial y con el nervio lingual e hipogloso.

La glándula sublingual está localizada en el suelo de la boca y relacionada además de otros elementos con el nervio lingual y el conducto excretor de la Glándula submaxilar.

Articulación temporomandibular (ATM)

ATM

Con frecuencia algunos pacientes comentan que durante mucho tiempo han creído que tenían “dolor de oído”, y que no encuentran solución al mismo. Es frecuente que estas molestias provengan de la ATM o articulación temporomandibular, la articulación que nos permite abrir la boca.

Las enfermedades de la ATM son un subgrupo de problemas dolorosos faciales. El síntoma principal de este problema es el dolor en la articulación. Puede aparecer de forma brusca o puede progresar durante meses o años con intermitente frecuencia e intensidad. Además se acompaña de chasquidos, incapacidad para abrir la boca normalmente (Bloqueos), dolores de cabeza o incluso de cuello.

La causa de este problema, en algunos casos, no es todavía conocida aunque parece estar claro una relación con el apretamiento de dientes consciente o inconsciente (Bruxismo), traumatismos o golpes sobre el mentón o la mandíbula, artritis de otras articulaciones o factores psicológicos como el stress, estados de angustia o ansiedad.

El profesional, aparte de realizar una correcta historia y exploración física, buscará alguno o algunos de los factores desencadenantes que se citaron anteriormente.

El tratamiento evidentemente depende del diagnóstico. Generalmente se comienza con formas reversibles y conservadoras de tratamiento dejando la actuación quirúrgica si no es posible la mejoría con otros tipos de tratamiento. El cirujano oral y maxilofacial puede ofrecer distintos tipos de tratamiento quirúrgico:

Artrocentesis 

Artrocentesis o lavado de la articulación a través de una punción. Generalmente se realiza bajo anestesia local.

Artroscopia

Artroscopia. Igual que en otras articulaciones puede introducirse en la Articulación una óptica o lente a través de las cual se observa qué ocurre dentro de la articulación y se van corrigiendo los problemas. Se realiza bajo anestesia general y el paciente se reincorpora a su actividad inmediatamente pues es muy poco molesto.

Cirugía abierta

Cirugía abierta (a través de incisiones o heridas). Dependiendo de la severidad del cuadro se puede acudir a este tipo de tratamiento. Dentro de este capítulo existen numerosas técnicas cuya aplicación dependerá del tipo de tratamiento.

Traumatología facial

Agresiones, caídas accidentales o accidentes laborales son causas frecuentes de fracturas en los huesos de la cara: la nariz, el pómulo y la mandíbula son el escenario más frecuente de las mismas.

Con los nuevos materiales de fijación de las fracturas, algunos de los cuales son reabsorbibles, (es decir, que desaparecen después de que han cumplido su función), los pacientes pueden reanudar su vida social y laboral con unas molestias menores.

Un traumatismo facial implica tanto las fracturas de los tejidos blandos de la cara como, por ejemplo, las quemaduras, laceraciones y contusiones como también las de los tejidos duros, como las fracturas en la mandíbula o maxilar, en los malares o sobre el arco zigomático, en la nariz, en las órbitas de los ojos y en los dientes.

Cáncer de boca

La lengua, las mejillas, los labios: en todas estas zonas pueden aparecer tumores malignos.

Afortunadamente son zonas fáciles de explorar, y con un diagnóstico precoz, se puede ofrecer a los pacientes un pronóstico aceptable.

Erosiones, manchas, sangrado o verrugas en la boca, son lesiones que deben ser evaluadas y analizadas por un experto, con el fin de no dejar escapar la oportunidad de una curación precoz.

Estética facial

Ortognática